Cartel de la película de Billy Ray
PR08_GLASS_081213_ MARINAGUILLEN
TÍTULO ORIGINAL: El precio de la verdad (Shattered Glass)
AÑO: 2003
PAÍS: Estados Unidos
DURACIÓN: 95′
DIRECTOR: Billy Ray
GUIÓN: Billy Ray
FOTOGRAFÍA: Mandy Walker
REPARTO: Hayden Christensen, Peter Sarsgaard, Chloë Sevigny, Steve Zahn
Stephen Glass era un joven prometedor, de esos de los que se ven pocos. Era uno de esos redactores intrépidos que se atreven a jugar con las reglas del juego de un mundo dominado por los adultos, por políticos, directivos y altos cargos que no permitirán jamás ser cuestionados. Y mucho menos por un chico de 26 años, por mucho que él escriba para la prestigiosa revista “The New Republic”.
Steve Glass tenía el mundo a sus pies con tan solo 23 años
El “jaque mate” a Glass llegó en 1998, gracias a un artículo sobre un hacker de 15 años que, supuestamente, había hecho temblar los cimientos de la seguridad de una “importante empresa de software americana”, Jukt Micronics. El primer error del “Hack heaven”, artículo por el que fue finalmente descubierto, fue narrar en primera persona unos hechos que eran propios de una película hollywoodiense. Glass se situó a él mismo en una reunión entre los directivos de la empresa de software y el propio hacker, acompañado de su madre y su representante, en un hotel en el cual se estaba celebrando un congreso de hackers de todo el país.
Escena de la película, con Hayden Christensen como Steve Glass
Fue testigo de primera mano de los hechos, al final el hacker ganó, lo contrataron para llevar la seguridad en la red de la empresa a cambio de lo que él pidiera, cosa que aceptó. Fue recibido por sus compañeros como todo un héroe, y no solamente el joven hacker, sino el propio Glass, quien había conseguido una historia inédita, divertida y sobrenatural para su revista.
El problema llegó cuando se cruzó en su camino la revista Forbes, que a finales de la década de los 90 era una revista digital. El director de Forbes.com se interesó por el artículo, de modo que mandó a Adam Penenberg -Interpretado por Steve Zahn-, a investigar unas fuentes que parecían haber sido borradas de la faz de la tierra. Pues bien, tras entrevistas telefónicas con el director de “The New Republic”, Chuck Lane y con Stephen Glass, consiguieron descubrir que no solo habían sido inventadas las fuentes, sino que todo el artículo era un completo fraude.
Imagen de la página web de Jukt Micronics
El contestador de la compañía, que contaba con una sola línea, había sido grabado por el hermano de Glass desde Palo Alto, ciudad donde se encontraba estudiando, y la página web de esa importante empresa de software parecía haber sido creada por un aficionado en apenas unas horas. Y evidentemente así fue. Glass lo había estudiado y calculado todo para hacer creer que realmente existía todo aquello. Pero una visita al supuesto hotel de la convención de hackers fue la gota que colmó el vaso.
1- Superado por la presión a la que estaba sometido, Glass acabó confesando que, lo que en principio se defendió como una jugarreta de sus fuentes, era en realidad un enorme fraude periodístico. A éste artículo le siguió la investigación de docenas de ellos. En total, la propia revista “The New Republic”, investigó y encontró datos y fuentes sospechosas en 40 de sus artículos, algunos de ellos escritos cuando se encontraba al frente de la revista Michael Kelly. Lo que no se aprecia es ningún tipo de arrepentimiento escrito por parte de Glass, y si lo hay, no se publicó en ningún medio ni consta en ningún sitio.
2- La última escena de la película “Shattered Glass” –en España “El precio de la verdad”-, narra el acuerdo al que llega el director de “The New Republic” y Stephen Glass: uno a uno van nombrando los títulos de los artículos sospechosos de fraude parcial o total y el silencio de Glass se interpreta como la afirmación de que es así. Al final aparecen unos datos: más de la mitad de los artículos se quedaron escritos en la lista de artículos en los que la falsificación había sido total o parcial. Destacaría en este caso la humillación que debió sentir Glass al escuchar uno por uno el nombre de sus artículos y tener que confirmar que lo que todos piensan es cierto.
3- Obviamente, la carrera periodística de Steven Glass terminó en aquellos momentos. Según la película, se licenció en derecho por la universidad de Georgetown y más tarde escribió su novela biográfica “El Fabulador”, que trata de un periodista que se inventa sus artículos.
La figura de Glass fue duramente dañada, y no sin razón, el fraude periodístico es un mal del siglo XXI, los medios de comunicación tienen la responsabilidad moral de informar con absoluta veracidad y claridad, por lo que ante este tipos de casos debemos preguntarnos cuál es el castigo justo para los que incumplen tan descarada y despiadadamente la ética periodística.
4- En el caso de Stephen Glass, abandonó el periodismo por la puerta grande, pero aun así se las apañó de lujo para limpiar su imagen como pudo gracias a la novela que publicó después. Sobre la película biográfica, Glass no quiso hacer declaraciones, pero está claro que empieza siendo un héroe nacional y termina interpretando el papel del perfecto malvado, incluso da la sensación de estar un tanto perturbado al querer ser el centro de atención en todo momento, tanto para lo bueno como para lo malo.
5- En el film de Billy Ray se le muestra como una persona meticulosa y perfeccionista hasta la saciedad, siempre tratando bien a los compañeros y jurando eterna lealtad a su anterior director, por lo que hay un momento en el que utiliza ese argumento para acusar a su actual director de querer destruirle por la lealtad que le procesa a Charlie Kelly.
Una de las escenas finales, donde Steve Glass trata de convencer a Michael Kelly de que sus artículos son reales